lunes, 28 de marzo de 2011

EN BUSCA DE NUEVOS PARADIGMAS

Roberto Italo A. Cattaneo

El hombre, producto de una penosa y larguísima evolución, emergió del estado animal sobre la faz de este planeta, gracias a la aparición en él de una conciencia que se tornó reflexiva, y que cobró a la postre la capacidad axiológica, y le dio la posibilidad de escoger.

Es indudable que estas capacidades le permitieron la innovaron de las técnicas de subsistencia y algunos perfeccionaron y acumularon los secretos de la "construcción”; qué alcanzo cumbres impresionantes en la antigüedad.

Cuando el arte arquitectónico se popularizo y sus secretos pasaron a ser patrimonio académico al alcance de todos, estos viejos obreros, se proyectaron en horizontes más sutiles y tomaron en sus manos  la exploración intelectual de las ideas, convirtiendo a los antiguos “Canteros”, en centros "especulativos" del pensamiento, desatando a la humanidad de cadenas dogmáticas, que ellos mismos se habían construido.

Los últimos dos siglos de progreso, que superan en cientos de veces todo lo que la especie había alcanzado hasta el siglo XVIII, son el producto de la aceleración, de la exaltación de la conciencia reflexiva y de la libertad; en gran medida provocada o coadyuvada por los intelectuales.

Otra vez ahora el arte de pensar sistemáticamente  y de "escoger la libertad", ha pasado a ser patrimonio del común de las gentes por virtud de su transmisión, imperceptible a ellos.

Ahora como en las postrimerías del siglo XVIII, los hombres singulares los "intelectuales", perciben que se están quedando sin trabajo; como les ocurrió a los constructores medievales en esa época. Así como entonces ya habían aparecido arquitectos constructores de las ultimas catedrales, dejando sin oficio a los obreros, ahora los pioneros del pensamiento que propiciaron la aparición de la modernidad, también están siendo desplazados y sustituidos.

En mi pensar, esto se debe a que los "intelectuales" de hoy insisten en competir en el mundo de la especulación académica, como otrora lo hacían algunos tozudos constructores que pretendían retener les contratos como constructores de edificios.

Si de hoy pretenden conservar su ascendiente sobre la comunidad y convertirse en líderes de ella, no pueden seguir insistiendo en retener el monopolio de su excelente ideología, de la cual siempre reclamaran la paternidad, deben ser conscientes que ya no les pertenece en exclusividad, y es su obligación entregarla a la masa de que los rodea.

Si los buenos cultos de  hoy, se dedican solamente a competir con el mundo corriente en acciones de benevolencia y beneficencia, y encerrarse dentro de las paredes del universidades, por ejemplo, trabajando largamente en especulaciones filosóficas, a veces nunca llevadas a la práctica ni aun por los propios compañeros en su vida de relación con el mundo exterior; es la demostración palmaria del agotamiento del ímpetu y la vitalidad de la iluminados, incapaz ahora de enseñar derroteros originales que la impulsen.

Deben explorar campos originales del pensamiento ahora desconocidos y aventurarse en ellos con valor; plasmar pautas de conductas ultramodernas que guíen a la humanidad durante el Tercer Milenio.

Pienso que deben ante todo comprender un fenómeno existencial del mundo de nuestros días, hay un tremendo abismo entre les progresos técnicos y científicos de este siglo que estamos terminando, y el avance producido en los pensamientos, que han perdido terreno en forma notable produciendo en los humanos un escepticismo que nos acosa a todos por igual, así vemos cómo pese a esos avances técnicos y científicos no hemos solucionado problemas de hambre y miseria, enfermedades y plagas, discriminaciones y violencias y en cambio hemos creado medios, que, si no sabemos dominar los vicios que nos acosan ,estos mismos medios (energías nuevas y comunicaciones, entre otros ) pueden ser el factor desencadenante del fin de esta civilización.

Estoy convencido que este es el momento y la hora adecuada para los de intelecto y trabajo dirijan dos mensajes, el primero a sus semejantes incitándoles a explorar originalidades y singularidades; capaces eventualmente de constituirse en motivaciones trascendentales para el futuro del hombre, y  presentárselas a los demás como consideraciones del tercer milenio, que ya está golpeando a las puertas del del mundo.

Roberto Italo A. Cattaneo

1 comentario:

  1. Es cierto el hecho de que los Intelectuales deben trabajar sobre todo pensando en el "FUTURO DE LA HUMANIDAD", pero creo que es imprescindible trabajar en la SOLIDARIDAD.

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