martes, 10 de mayo de 2011

AGUSTIN BUSTOS FIERRO: un milagro

Wadiz Kallas
Poco queda ya por comentar de la familia Bustos Fierros y de la enfermedad de Agustín, los medios televisivos que en momentos se han encargado de difundir la solidaria causa han hecho luego un festín mediático, que poco tiene que ver con la afección que padecen esos hermanos.

Estas historias nos hace pensar la esencia de los argentinos, podemos insultarnos, podemos menospreciarnos como ciudadanos, rebajarnos creyendo que en otros países hay mejores personas, pero si algo es seguro, es que cuando alguien necesita ayuda, solo tiene que gritar que el pueblo argentino lo va a escuchar.

Ahora bien el hecho que nosotros, como sociedad, ayudemos al necesitado, con cinco, cien, mil pesos, con nuestro tiempo o con lo que sea, ¿nos da realmente el derecho para luego poder inmiscuirnos en la privacidad del que ayudamos? Que fácil que podemos perder el foco de nuestro accionar que inmediatamente, por el error, la desesperación, la estupidez o tiranía de una personas perdemos la perspectiva del verdadero damnificado.

Sin intenciones de critica, ya que estoy convencido de que si alguien necesita ayuda hay que darla, considero que en muchos casos se pone un esfuerzo desmedido por causas, que en lo racional, no así en lo emocional, son de menor cuantía que otras. 

¿Podemos como sociedad tomar esa enorme virtud solidaria que tenemos y combinarla con el raciocinio para así poder generar una verdadera solución a nuestros problemas? Porque en mis pensamientos me preguntaba, ¿cuantos chicos hay en el país con esta afección, cuantos hay con otras afecciones en donde el tratamiento ni siquiera esta en la argentina y otras no lo tienen? En vez de dejarnos llevar por solo por el corazón, deberíamos, creo yo, combinar nuestros esfuerzos en generar verdaderas soluciones. Tal vez seria mejor que el dinero juntado se destine a una fundación de investigación que realmente le de soluciones a muchos otros chicos, o al hospital Garrahan que cuenta con el tratamiento pero aun necesita mas fondos para desarrollarlo.

Espero no generar en nadie una sensación de crueldad y estoy seguro que si yo fuese un allegado a Agustín no podría escribir estas líneas, ya estaría embriagado por el dolor y la tristeza,  y mis fuerzas estarías apuntando a su tratamiento, en el mejor lugar del mundo. 

Pero ¿que va a pasar cuando se acaba la emoción mediática, estará toda la sociedad o va a buscar otro motivo para unirse solidariamente? 

La solidaridad es la virtud mas grande que tenemos y lo que se hizo por Agustín creo que lo demuestra, ojala sigamos apoyando siempre estas campañas pero no nos olvidemos nunca que hay formas mucho mas eficientes para hacerlo, tal vez menos emotivas o mediáticas, y seguramente menos meditas, pero entre todos, con el fomento de la solidaridad y comenzado a generar un pensamiento mas critico podremos hacerlo. 

Espero que Agustín y su familia puedan encontrar el milagro que tanto espera, y estoy seguro que el grueso de la sociedad no va a desviar la mirada de el y sus hermanos por los errores de los adultos.

Mucha fuerza… para todos, también para aquellos que siguen esperando un milagro.

Wadiz Kallas

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